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sábado, 13 de noviembre de 2010

FASCISMO

Es un sistema político, económico y social de carácter nacionalista que proclaman al Estado como la unidad suprema. Su ideología se trata de un pensamiento militarista sobretodo, exige la disciplina de las masas frente a la autoridad de mano de sus jefes; es enemiga de la democracia; desprecia el afán de paz, de bienestar y comodidad. Las bases doctrinales del fascismo fueron la oposición a la democracia y el parlamentarismo, el odio al socialismo y al internacionalismo, el rechazo a la creencia de progreso y a la virtualidad del pacifismo, el desprecio por los derechos individuales y la exaltación de estado como suprema entidad histórica. Frente al pluralismo democrático, el fascismo erigió un totalitarismo político que rechazaba toda posibilidad de convivencia con la oposición, aniquilando toda posibilidad de disidencia. Frente a los valores sociales sustentados por los derechos del hombre, el fascismo esgrimió los derechos del estado, crisol de los valores de la unidad moral de la nación.




Alemania




     En Alemania se produce una auténtica revolución obrera tras la derrota en la guerra. Para conjurar el peligro de otra revolución el gran capital acude a los cuerpos francos y las ligas de combate, que actúan violentamente contra los obreros. Adolfo Hitler organiza estos grupos en un sólo partido, el Partido Nacionalsocialista. Su programa político está definido: habla de los agravios de la guerra, de no pagar, del proteccionismo económico, de la docilidad del Estado, y de que el partido debe controlar el Estado. Tras el armisticio florecen en Alemania los grupos antisocialitas. Adolfo Hitler es quien controla estos grupos. En 1922 intenta dar un golpe de Estado. En 1933 gana las elecciones y se asienta en el poder.
     El fascismo está al servicio de la clase dirigente, que tiene la posibilidad de crear un gobierno fuerte que sirva a sus intereses, por eso los fascismos son lanzados al poder.
     Una vez en el poder el proceso es el mismo en todas partes. Se suspenden las libertades y los partidos, pero intentan mantener una apariencia legal cambiando la constitución. La burguesía capitalista comienza a retirar la confianza a los fascistas cuando empiezan a gobernar, porque ven que sus excesos generan violencia social y existe la posibilidad de una guerra. El Estado fascista purga al partido y se transforma en una dictadura militar y policíaca.



 la propaganda en el fascismo.


Joseph Goebbels -quien paradójicamente había sido criado en una casa de tradición judía al igual que su mujer, Magda- fue quizás el único verdadero intelectual de los altos mandos nazis. A cargo del Ministerio de Propaganda, se convirtió en el principal aliado de Adolfo Hitler en su tarea de obnubilar a las masas mediante tácticas maquiavélicas de manipulación de información y control absoluto sobre prensa gráfica, radio, cine, arte, literatura e incluso teatro. Un elemento manejado con maestría por parte de Goebbels era la llamada “propaganda negra”. Se denominaba así a aquel material cuya fuente quedaba oculta para la audiencia. Se presumía que el hecho de desperdigar rumores para que actuaran por sí solos como propaganda tendría más
posibilidades de ser creído si las autoridades alemanas no estaban relacionadas con él. También se utilizaban medidas negras para combatir rumores indeseables dentro del Reich, ya que una desmentida oficial, según Goebbels, no haría más que reforzarlos.


El fascismo y la guerra en el siglo XX son dos fenómenos diferentes que tiene la misma causa: la propiedad privada de los medios de producción, y la división del mundo en Estados nacionales. En última instancia, el fascismo es un instrumento del gran capital para dominar al pueblo. Como la guerra moderna, involucra en su desarrollo a toda la sociedad. Se tratará de dominar al proletariado por el terror, para evitar las tendencias revolucionarias. Ningún régimen político puede gobernar contra la clase que ostenta el poder económico.
A pesar de ser un instrumento del gran capital, el fascismo se nutre, fundamentalmente, de la pequeña burguesía empobrecida y descontenta, y del proletariado marginal. Lo que no evita que el fascismo continúe siendo el arma del capitalismo decadente que pretende controlar la economía desde el poder político, sin que parezca que está involucrado el poder económico.
El fascismo nace tras la primera guerra mundial, desde la ideología de los nacionalismos radicales, en Italia, donde se forman los fascios, que serán la primera gran organización fascista, la cual está integrada, principalmente, por excombatientes. Italia está entre los países vencedores de la guerra, pero se siente perjudicada en los tratados de paz. Los fascios se desarrollan, extraordinariamente, bajo el mando de Benito Musolini, y en 1922 marchan sobre Roma y toman el poder, que les es entregado por el rey Víctor Manuel III.
En los años treinta, la oposición al fascismo limará las diferencias, entre los liberales y los comunistas, ante el enemigo común.
Existen numerosas interpretaciones sobre lo que es el fascismo, pero popularmente es tiende a confundirlo con los conservadores tradicionales, monárquicos, y la búsqueda de ley y orden dentro de la derecha. Esta interpretación no es correcta. El fascismo es, ante todo, un instrumento del gran capital y no una rebelión mística de la pequeña burguesía. También está la tesis liberal, individualista, que afirma que hay una identidad próxima entre el fascismo y el comunismo, por ser ambos regímenes totalitarios que se mantienen por el terror. Para ellos, el fascismo, como tal, no existe.




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